"Así no puedo prometerte más.
Así no puedo hacerme cargo de ti.
Así sospecho me conviene mentirte a decirte la verdad."
Miranda!
Así no puedo hacerme cargo de ti.
Así sospecho me conviene mentirte a decirte la verdad."
Miranda!
Te miro y me sonríes.
Con esa sonrisa que me derrite, que me desarma, que me deja vulnerable ante tus labios y las palabras que de ellos brotan.
Lo sé, lo sé - me repites como una letanía, y sigues fumando.
Y no puedo hacer nada, por más que me repita y te repita que con eso no me basta, que no necesito que lo sepas, sino que lo comprendas y que te pongas en mi lugar.
Y vuelvo a esmerarme en cerrar mi boca.
Callar lo que veo, lo que escucho, lo que siento, y lo que adivino en tus letras, tus movimientos y en tus actos.
Sé que no debería decirtelo, no otra vez, no esta vez.
No de esta manera.
Me miras de lado, y veo que conviene callar.
Además, no soy la adecuada para juzgarte, menos si me centro en tu largo y culposo prontuario de placeres bizarros. Más aún cuando soy parte de ellos, de los juegos a escondidas, de las llamadas a altas horas de la noche, de los encuentros clandestinos en alguna pieza olvidada.
Tienes que escucharme..- susurro. Pero no puedo terminar. Ahí viene ella.
No lo merezco. Es lo único que logro decir.
Y tu vas por ella, la besas con esos besos que me pertenecen, con esos labios que son míos. Y ella me sonríe.
No la culpo, yo tampoco sospecharía de mi mejor amiga.
Con esa sonrisa que me derrite, que me desarma, que me deja vulnerable ante tus labios y las palabras que de ellos brotan.
Lo sé, lo sé - me repites como una letanía, y sigues fumando.
Y no puedo hacer nada, por más que me repita y te repita que con eso no me basta, que no necesito que lo sepas, sino que lo comprendas y que te pongas en mi lugar.
Y vuelvo a esmerarme en cerrar mi boca.
Callar lo que veo, lo que escucho, lo que siento, y lo que adivino en tus letras, tus movimientos y en tus actos.
Sé que no debería decirtelo, no otra vez, no esta vez.
No de esta manera.
Además, no soy la adecuada para juzgarte,
Tienes que escucharme..- susurro. Pero no puedo terminar. Ahí viene ella.
No lo merezco. Es lo único que logro decir.
Y tu vas por ella, la besas con esos besos que me pertenecen, con esos labios que son míos. Y ella me sonríe.
No la culpo, yo tampoco sospecharía de mi mejor amiga.
...Cordelia...