viernes, 5 de diciembre de 2008

Este año, ley de Murphy


Últimamente las cosas no me han funcionado como  esperaba.
De a poco todo comienza a fallar. 
No de manera evidente, pero falla. El reloj no suena, se acaba el shampoo, no me dejaron pie de limón para el desayuno.
Lo malo es que cuando se empieza así, uno sabe que las cosas empeoran. Ley de Murphy... y sí, todo siempre puede ser peor.
Y empiezas a pensar en qué cosa viene ahora. 
Si me voy a pelear con el chofer de la micro que quiere estafarme y cobrarme el doble siendo escolar, que el profesor otra vez no me va a tener corregida la tesis, que quién sabe quien va a llegarme con el chisme de que me han engañado, llamándome a las tantas de la noche -cómo si no tuviera nada mejor que hacer- , que la tontona de turno se empeña en hablar mal de mi, que mi mamá me jode porque está enojada con su pololo de turno, que mis hermanas me molestan porque les pido que laven la loza, que mi hermana se decepciona de mi porque la decepcioné, que me siento tonta e incapaz, que descubro cosas que no quiero pero debo saber, que se va gente que aprecio, que es la segunda vez que haces lo mismo, que me cargan algunas personas que te rodean, que realmente no entiendo muchas cosas, que llego a la casa y todo se vuelve otra vez un caos,y así una lista incontable.

Y realmente el día funciona mal. 
O será que fusiono todos los malos días en éste.
Y que lo que he escrito es la suma de los malos ratos que he pasado, y que lo único que quiero es que este año termine luego, porque realmente... no ha sido muy bueno conmigo.