De nada le sirvió chocar tres veces los talones de sus zapatillas rojas.
Ni decir "No hay mejor lugar como el hogar".
Lo más extraño de todo era que, en vez de llevarla a Kansas, las zapatillas no dejaban de bailar endemoniadamente.
Cordelia...
Imagen: Gentileza de Mor, con sus hermosos zapatos rojos.
4 comentarios:
Et voilà que du sol où nous sommes, nous passons nos vies de mortels à chercher ces portes qui donnent vers le ciel...
un beso maka..dile al manuel que se comunique
Ya sabes que me gustó mucho este. Desde que lo leí. Es muy lograda la intertextualidad que propones en el texto, el cruce de ambos relatos configura una finalidad irónica y paródica (como diría Zavala), jajajajaja.
Te amo mucho.
raro el tema...
pero voy a mismo punto de la intertextualidad...
esta bastante bueno...
vengo de pasadita cordelia
nos leemos
fede carre
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