Busco constantemente las palabras dichas entre las rendijas de mi ventana, esperando encontrarlas intactas para revivirlas con un soplo, con una mirada. Los te amo, las promesas que hago, los sueños soñados despiertos, los poemas que reinvento una y otra vez, las letras perdidas de mis canciones.
Pero termino siempre donde mismo, en mis recuerdos, en mis ensoñaciones, con las rendijas llenas del paso del tiempo, sin palabras. E insisto insanemente en lo mismo, una y otra vez, casi eternamente, con los mismos resultados.
4 comentarios:
Eterno retorno, le decía Federico.
No tengo idea a dónde van, pero vuelve, casi por seguro que vuelven.
Bueno volver a leer(te).
Si, me obsesiona eso del eterno retorno... todo culpa de un profesor de la Universidad y de Micea Eliade.
En fin, debo admitir que Bécquer y Silvio Rodríguez me dieron la inspiración... más que inspiración fue atormentarme con eso de a dónde van las palabras, los besos y las lágrimas...
lamentablemente aquellas palabras y otras cosas ya se fueron...
genial volver a leerte!
nuevo escrito!
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